Luego de recibida la noticia acerca de la muerte
del presidente Hugo Chávez Frías y a pesar de haber iniciado hace tan poco mi
blog, pensé que sería mejor cerrarlo.
¿Por qué?
Bueno, principalmente porque de mis 33 años, 21 estuvieron
signados por este hombre, desde su intentona de golpe en el 92, luego mi primer
voto fue en su contra y luego han sido 14 años en los cuales no he dejado de
oponerme a su gobierno ni un solo día.
A mis 12 años era muy difícil aún comprender
ciertas cosas políticas y llega este hombre y aparece por tv diciendo que “por
ahora” los objetivos no fueron alcanzados. Recuerdo que me emocionó y creo que
aún tengo guardada una fotocopia de su discurso. Poco a poco fui dándome cuenta
de que un golpe militar y la cantidad de muertos que generaron no eran la
opción para salir de un presidente elegido democráticamente, aunque éste fuera el
peor.
Ya para el 98, su primera elección, yo comenzaba a
votar y luego de ver su discurso agresivo y vacío en el auditorio de la UCAB
decidí que no le daría mi voto. Nunca creí que fuera la mejor opción.
En estos 14 años he sido insultada por él, por sus
partidarios y hasta por gente que consideraba mis amigos y mi familia, me han
dicho burguesa, oligarca, necrófila, majunche, escuálida, golpista entre otras
cosas. Porque pertenecer a la golpeada clase media en este país es malo, aún cuando te lo hayas ganado con
trabajo y esfuerzo.
Yo fui asaltada en uno de los lugares dónde más
segura me sentía, dentro de mi universidad, por dos hombres que me colocaron un
arma en la cara y luego en el costado, se llevaron mi carro y me dejaron a unas
pocas cuadras. Recuerdo que cuando me dijeron que me quedara calmada les dije que lo que tenía era rabia de que ellos se llevaran lo que a mi mamá le había costado tantos años de esfuerzo. Me dijeron que me lo devolverían, obviamente nunca sucedió. Luego de llorar hasta el cansancio tuve que aprender a dar
gracias porque sólo fue eso “lo material se repone, la vida no”. En eso se ha convertido la vida del venezolano, en dar gracias cuando te roban eso que te has comprado con esfuerzo (celular, carro, casa, ahorros, etc) porque no te mataron.
He visto, con mis ojos llenos de lágrimas, partir a todos y
cada uno de mis amigos más cercanos, se fueron a otras tierras, a forjarse un mejor futuro.
El dolor más grande fue el que sentí cuando mi hermana menor, con la que había
convivido desde su nacimiento, con quién de pequeña peleaba las muñecas, que a
media noche la sentía acurrucarse conmigo en mi cama porque tenía miedo, a
quien peinaba, ayudaba con sus tareas y que de grande era mi amiga, confidente
y mi aliada para tantas cosas, decidió
también irse.
Marché hasta el cansancio, muchas veces hasta con
un miedo muy grande y la convicción de que no volvería con vida. Porque aunque aquí se hable de democracia, este gobierno siempre ha utilizado a su pueblo, sus militares, policías y asesinos para intimidarnos y hacernos desistir de protestar. Lo peor es poco a poco lo ha logrado y nos hemos ido calando en silencio cosas cada vez peores. Recogí firmas para
revocar su mandato, he votado en todas y cada una de las elecciones aún cuando
sabía que llevábamos las de perder pero con las esperanzas de que esta vez si
fuera la definitiva. Poco a poco fui sacando gente de la apatía y
convenciéndolos de votar, de emitir su opinión, fuera cual fuera.
He visto como el sueldo de una de mis personas
favoritas, de mi ejemplo a seguir, mi madre, se ha depreciado tanto en estos
años (debido a que el gobierno tiene frenados los sueldos de los profesores
universitarios) que; con todos sus estudios, su experiencia y los muchos años
de trabajo, ya casi iguala el mío que estoy en los inicios de mi vida
profesional y que para más ñapa es uno de los peores del país ya que hoy en día
una señora de limpieza o un mecánico ganan con seguridad mucho más que un
docente de cualquier nivel. Y no digo esto por menospreciar el trabajo de estas
personas que es tan digno como el mío, ni porque creo que ellos deben ganar
menos, seguramente su sueldo tampoco les alcanza para nada, pero mis cinco años
de estudio de pregrado y dos de postgrado tienen que significar algo, tienen
que tener alguna recompensa.
¡Y cómo he evidenciado mentiras en estos años! Son
incontables, tantas que enumerarlas me llevaría meses. El mejor ejemplo que
tengo es el siguiente: durante la recolección de firmas para el revocatorio presidencial
hubo un montón de firmas que invalidaron ya que –según ellos- eran planas, la
gente no había firmado de verdad sino que les habían falsificado su firma y se
burlaban, y decían que eran fantasmas, etc.
Dentro de esas firmas quedaron la de mi papá, la
de mi novio, la de mi mejor amiga y la de su novio, cuatro personas de mi
entorno más cercano que yo sabía que habían firmado pero que el gobierno decía
que no. Alguien me puede decir cuál es la probabilidad de que eso ocurra.
Igual el revocatorio se solicitó, y firmamos y
todos decían que habíamos ganado, incluso el jefe chavista de un amigo lo llamó
y le dijo “perdimos” y a las dos de la mañana, por arte de magia, ellos
ganaron. Hasta ahora el shock más grande que recibí. Pero el producto más
horroroso de ese momento vino después y fue la famosa lista de Tascón, que quedará en nuestro recuerdo como el peor acto de discriminación en los anales de la historia venezolana
¿Recuerdan a mi gente que firmó pero que no valió
su firma? Estas personas buscaron incansablemente trabajo en Venezuela, con
títulos de la USB (Universidad Simón Bolívar) una de las mejores universidades
del país, y nunca consiguieron ya que el campo de sus carreras estaba más que
todo en empresas del estado y después de entrevistarlos y hacerlos pasar por
todo el proceso de reclutamiento les decían en su cara que no los podían contratar
PORQUE HABÍAN FIRMADO. Otros países tuvieron el beneficio de recibir tres
profesionales excelentemente formados y este país perdió su inversión con tal de meter a alguien que estuviera de acuerdo con el proceso "revolucionario".
¿Fue éste el único caso? Lamentablemente no, el
país ha ido perdiendo en estos años la mayor cantidad de gente preparada como
por ejemplo los expdvsas que eran recibidos con los brazos abiertos en otros
países que nos dan las gracias porque sus empresas petroleras son hoy en
día reconocidas. Sin ir muy lejos, Ecopetrol.
En fin, ayer de algún modo sentí que esta historia
de malos recuerdos había acabado y que quedaría sólo como eso, malos recuerdos.
Creo que con la muerte de Chávez es más fácil perdonar esos recuerdos, por la
simple paz en mi alma y mi corazón, aunque siempre permanezca el recuerdo del
aprendizaje que me dejaron.
Obviamente
no todo acabó el 5 de marzo del 2013, pero igual comienza otra etapa, aún
queda mucho camino por recorrer, su recuerdo está aún muy vivo y sé que lo más
probable es que su candidato ungido: Maduro, gane las próximas elecciones, pero
también sé (o quiero creer) que eso no durará mucho, que vendrán otros
candidatos, que vendrán otros presidentes y que lo más importante será
convencer a esa gente -que antes se sentía olvidada y que con este gobierno
sintió que fueron tomados en cuenta- de que no dejaremos que vuelvan a estar
ocultos, no permitiremos que sean olvidados de nuevo pero que hay un camino
diferente al que han llegado a pensar que es el correcto, que no tienen que ser
la esposa que se queda con el hombre que la maltrata porque es quién le da de
comer a sus hijos, que algún día podemos llegar a ser ese país en el que cabemos
TODOS.
Por mi parte, sea cual sea el gobierno, me declaro
opositora perenne y por aquí seguiré quejándome de todo lo que me parezca una
injusticia venga de donde venga.
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